domingo, noviembre 09, 2008

Ambulancias


Soy torpe y vivo solo. Una combinación peligrosa si quieres sobrevivir.

Tengo dos heridas en la mano izquierda: una de destornillador (intentando desmontar un mueble) y otra de cuchillo (procurando abrir un paquete de jamón envasado al vacío). Como no es la mano que utilizo para las cosas importantes (no seáis malpensados), me ahorré la llamada al servicio de ambulancias. Sequé la sangre con papel de cocina, disparé un chorrito de alcohol etílico sobre esas grietas amoratadas y busqué unas tiritas con animales que me regaló el pequeño Hayden. (Hace tiempo que nadie me pone tiritas con animales en las heridas. Self-service.) Y ya estaba listo para ir al cine. (Un día voy a introducir los dedos en un enchufe, y no habrá nadie para llamar a la ambulancia, ni para avisar a la persona que me espera frente a la taquilla de que no podré acompañarla a ver esa película. Al menos en esta vida.)

Vimos Happy-Go-Lucky de Mike Leigh en el cine Renoir Les Corts, y la mujer elegante se estremeció en su asiento con la escena violenta de un hombre contra una mujer, y luego se rió con esos chistes de un guión bien elaborado. Me gusta cuando se ríe (parece una niña pequeña, sin contaminar). A la salida de la sala, hablamos de sus hijas, con mi mano sana en el bolsillo y la otra en el exterior, para curarse con el aire de esa plaza, mientras pasaban sirenas urgentes de ambulancias por la calzada en busca de alguien que se hubiera cortado con un destornillador o un cuchillo en su mano buena. El viento de su velocidad nos despeinaba. Ella se queja eternamente de sus chicas, y no sabe la suerte que tiene de tenerlas. Un día es probable que la cuiden, y marquen ese número de teléfono de la ambulancia por si hace falta.

Vivo solo, y me gusta salir de casa, y mi móvil está estropeado. Una combinación peligrosa si alguien quiere comunicarse contigo.

Al regresar del cine, tenía varias llamadas en el contestador, todas de ella (nunca deja mensajes, y si lo hace es que pasa algo grave). Me senté en el sofá y escuché la voz de mi hermana. Volví a oír sus mensajes (con la tecla repeat) para intentar comprender el por qué de su voz angustiada. Me explicaba que hacía dos días que llamaba a la señora Sofía y al tenista (nuestros padres, que viven lejos) al fijo y al móvil, sin obtener respuesta. Me contaba que esos días ellos celebraban su cuarenta y cinco aniversario de casados y quizás habían hecho una escapada para recordar. Pero no es su estilo, y siempre avisan cuando se van a marchar de la granja de los caballos. La señora Hayden incluso mandó a una amiga suya a llamar al timbre. Mónica no obtubo respuesta, no la recibieron. La puerta estaba cerrada y la persiana bajada.

Llamé a mi hermana, y decidimos que esa noche era conveniente hacer el largo viaje a la tierra de la niebla, para saber qué les había pasado.

El sargento Hayden pasó a recogerme en su coche antes de la hora de la cena (la señora Hayden se quedó a cuidar de sus hijos). Partimos al oeste sin saber qué nos encontraríamos. Llovía, y el limpiaparabrisas nos hipnotizaba con su vaivén. Nos cruzamos con sirenas ruidosas de ambulancias antes de salir de la ciudad, con sus luces fragmentadas en esas gotas de agua de la ventana delantera.

Nos costó romper el silencio, ante esa carretera oscura que nos engullía hacia una escena desconocida, para preguntarnos qué les habría pasado. Dijimos que quizás estaban celebrando su aniversario de casados en algún hotel clandestino, que se habían fugado dos días a algún lugar misterioso. Pero lo más seguro era que les había ocurrido una cosa mucho menos romántica. Entonces nos dimos cuenta de que nos daba miedo pensar según qué situaciones. Y al entrar en la oscuridad completa de las comarcas interiores, ya estábamos charlando de política o de fútbol. Buscando temas como excusas.

Así recorrimos muchos kilómetros el sargento y yo (él llamaba de vez en cuando a la central de los Mossos d'Esquadra buscando noticias de accidentes, asesinatos, delitos, sin obtener una respuesta que nos afectara). Hasta que los rótulos en la carretera anunciaban ciudades conocidas. Pasaban unas tras otras, y cuando vi el de la tierra de la niebla se me encogió el corazón. El morro del Golf entró en las primeras calles y tenía miedo de introducir la llave en el domicilio paterno y encontrar no sé qué. Aparcamos frente a la casa. Temblaba (quizá temblábamos los dos). Pero el motor del coche conocido hizo salir de la granja de los caballos a mi padre en alpargatas de cuadritos gritando: "Què feu aquí? Què us ha passat a Barcelona?", temiendo lo peor. Era un lunes. El sargento y yo nos miramos, y se nos escapó una carcajada (nosotros que somos tan serios) para aliviar todo lo que llevábamos dentro. Pasamos al interior de la vivienda, y él llamó a mi hermana para tranquizarla y contarle que sus padres simplemente tenían el teléfono averiado, y habían pasado ese día fuera del hogar para ayudar a una tía que lo necesitaba.

Estaban allí, en ese comedor. Vivos. Miraban Vent del pla en ropa de andar por casa, ajenos a nuestras preocupaciones. Sin ambulancias aparcadas frente a la casa. Nos ofrecieron café y pastas (hice una escapadita a la cocina para buscar jamón y pan). Mi madre temblaba pensando en lo que habíamos imaginado, mientras su teléfono necesitaba la visita del técnico.

Sus hijos vivimos lejos, y ellos están solos, aunque se tienen el uno al otro.

De regreso a Barcelona, el sargento me contó que había imaginado un escape mortal de gas. Le conté que había pensado en un atraco violento. Los dos estábamos relajados, con la mente liberada. Contándonos lo peor y riendo. La ruta era menos oscura y no nos cruzamos con ambulancias ruidosas.

Quiso acercarme a mi piso, pero preferí acompañarle a aparcar cerca de su casa y caminar un rato hasta mi domicilio y fumar por fin. No quise perderme su cara de buen tipo cuando me dijo "fins aviat". Es un gigante físicamente y mentalmente. Es grande en todos los sentidos. Entre otras cosas, porque perdió una noche por mis padres.

Tiene dos hijos con mi hermana.

El mayor me acompañó hace poco al campo. Me contó que le apasiona El Llibre de la selva. Así que, de camino a los manzanos, me enseñó la canción que canta el oso Baloo. La memoricé y bailé en plan plantígrado, desplegando mis brazos y moviendo el culo entre los árboles frutales. Y él me seguía divertido desplegando sus extremidades y contorneando la cadera. Cantando los dos: "és sensacional...". Sólo tiene seis años, pero quizás un día descolgará el teléfono para pedir una ambulancia, cuando me dañe la mano diestra, la que necesito para hacerlo todo (y no seáis malpensados).

PD: Ayer me llamó mi padre (ya funciona su teléfono) para contarme que tío Manel ha fallecido. Apenas le conocía. Le recordaba de algún verano infantil enseñándome a hacer compota de manzana en esa granja con un zoo incorporado. Con gallinas de Guinea, faisanes, tórtolas, perdices, caballos, perros, gatos vagabundos... Un paraíso para pasar el verano cuando eres pequeño. Quizás un dia me llevó a bailar entre los manzanos la canción del oso Baloo, moviendo su cadera.

No había nadie para llamar a la ambulancia y murió. Como falleció hace unos meses su mujer. Como hace dos años se estrelló, en accidente de coche, el único hijo que quedaba en la casa para cuidar de sus padres y del zoo. Ahora todo serán ruinas, y los animales esperarán que llegue alguien para sacar el pienso de los sacos y alimentarles.

Manel era viejo y vivía solo. Una combinación peligrosa si quieres aguantar en esta vida.

18 Comments:

Anonymous Emily said...

Ara quan mire Ventdelplà pensaré en tons pares, jeje. La veritat és que fa rissa si no és per la mala estona que us van fer passar.
Ahir qua tornava cap a casa amb el Bruc, vaig veure una ambulància. S'enduien una noia i anava sola, i per variar vaig plorar. Una de les coses que més recordo de quan vivia a BCN eren les ambulàncies i les sirenes, fan tristesa.
Sort que en tens de la teva familia. La meva neboda diu que em cuidarà ella quan jo sigui velleta. Tot un consol!
Sap greu això del Manel. Recordo quan vas parlar de son fill.
Paseante, mira de buscar algú que et posi tiretes d'animalets...I ara no em diguis que te les posa el nebot, això no val...;)

9 de noviembre de 2008, 10:43  
Anonymous alatrencada said...

Paseante... Aquesta història me la vas explicar en mail per avançat. M'ha agradat llegir-la de nou.

Aquí a Madriz també estic sola. Si em passa res... Quien echará de menos a esa artistilla que vivía en un pequeño estudio de Lavapiés?

9 de noviembre de 2008, 12:54  
Anonymous gemma said...

Paseante, això d'estar sol és molt relatiu. En som un munt els que estem sols. Ara que jo si fos tu, mirarira d'arreglar el mòbil!! Sempre ajuda!! ;)

9 de noviembre de 2008, 14:09  
Anonymous gemma said...

Ah! De tirites d'animalons no en tinc. Serveix l'esparadrap??

9 de noviembre de 2008, 14:10  
Anonymous Rita said...

Ai, paseante, a mi a vegades m'estoves molt amb els teus posts eh...

Com diu la gemma som molts que estem sols. I les meves tirites no són ni d'animalons perquè la meva neboda ja és gran...

Mira jo diferencio estar sola de sentir-me soleta. Estar sola no em preocupa gens, vol dir que faig la meva, sóc independent i visc sola, però sentir-me soleta no m'agrada. És una sensació de solitud profunda, d'enyor... Diria que la teva sensació ara mateix és de sentir-se solet...

Un petó, que et faci companyia, i canvia de mòbil, home, i si cal ens el dones i ja t'anirem fent trucades de control ;-)

9 de noviembre de 2008, 16:19  
Anonymous khalina said...

Paseante, aquest post em fa encongir el cor. Sort que va acabar de manera divertida la història dels teus pares, però tota la resta són pinzellades del terrible que és estar sol i altres desgràcies varies. Sols en una ciutat plena de gent jeje.

Vinga, que després de sis mesos amb algú que et fa somriure no estàs tan sol... Així que arregla el mòbil, i porta vida sana, i no cal trucar ambulàncies
Clar que mira, també a la creu roja, donen un aparell que et penges del coll, i si l'apretes ve una ambulància. Què et sembla?? Ara que potser et servirà per quan tinguis trenta i pico anys més, que ara ets jove i sa! I quan siguis vell vell, segur que hi haurà altres invents

9 de noviembre de 2008, 18:27  
Anonymous nimue said...

sí.... conec la sensació de viure sola i necessitar una ambulància i no poder. De moment, anem sobrevivint...

Jolin! m'encantaria veure com fas de Baloo! que xulo!

I que m'alegre molt que els teus pares estiguen bé.

I que bé que escrius, per Tutatis!

9 de noviembre de 2008, 20:12  
Anonymous Xurri said...

La soledad es un estado extraño para las personas. Biológicamente atípico, genéticamente antinatural. Se vive con ella, faltaría más; somos animales racionales y podemos modular nuestras necesidades y adaptarnos a lo que sea, pero como dice rita, una cosa es sentirse solo, y otra muy distinta sentirse solito. Porque nos hace falta la compañía: esto de las ciudades es un sinsentido, y un probar al límite nuestras capacidades de soportar adversidades. Se puede con ello, pero es una jodienda, con perdón.
Me alegro que te pasees de noche hasta la tierra de la niebla en balde, así cultivas tu amistad con el sargento, lo cual no está mal.

9 de noviembre de 2008, 21:30  
Anonymous Arare said...

Buf,buf,buf, que nochecita! Me alegra mucho cómo terminó.

No ho tens gravat i enviat al youtube, això del Baloo? ha de ser d'antologia!

Cuida't molt la maneta, eh? amb tirites d'animalets o amb l'esparadrap de la Gemma, és igual, però cuida-la, que les mans són moooolt necessàries (no siguis malpensat, va)

petons, escriptor!

9 de noviembre de 2008, 22:26  
Anonymous el paseante said...

Emily, no es tracta de buscar una persona que et posi tiretes. Es tracta de trobar-la. La veritat és que la història ens va fer riure després, pero mentre anàvem cap allí vam patir. Va ser duret. També mires Vent del plà en pantufles? Ai carai. La teva neboda segur que vigilarà que et prenguis l'ipobrufé (o com se'n digui) quan siguis iaieta. Un petó.

Alatrencada, ara no et queixis d'estar soleta. Que tinc un email pendent per felicitar-te. Gràcies per entrar guapa. Hem perdut una mica el contacte, i quan et veig comentar em fa moltíssima il.lusió.

Gemma, o tiretes d'animalons o res. Tu mateixa :-)

Rita, no em sento solet. Volia explicar que si vius sol et poden passar aquestes coses. Ja canviaré de mòbil (estic amenaçat si no ho faig). Un petonet.

Khalina, ets dolentota. Què em vols penjar al coll? Potser m'aniria bé.

Anem sobrevivint, Nimue. Gràcies per això dels pares. Sóc vergonyós, però amb un nen de sis anys, si et demana que ballis, balles.

Gràcies Xurri, quan he llegit aquest comentari teu, m'han revifat les ganes de fugir de Barcelona. Fa temps que ho penso.

Arare-Montse, em cuido aquesta maneta que no necessito per segons quines coses :-) Això del Baloo va anar com he dit, amb els nens no tens vergonya. I no és al Youtube. (Són moments íntims.)

10 de noviembre de 2008, 2:46  
Anonymous Matilde said...

La semana pasada, mi padre, que además de vivir solo y ser torpe es anciano y despistado, incendio su cocina (accidentalmente no bonzeando). Bomberos, siniestro total y mi padre como una rosa. Sus muchos hijos legítimos comenzamos a planificarle la vida, que si el martes aquí el fin de semana allá……Nos ha dicho que su libertad vale al menos cinco cocinas. Vamos, que nos ha mandado a tomar por el culo!. Paseante, cura tus heridas y haz sitio para las siguientes

10 de noviembre de 2008, 9:15  
Anonymous atikus said...

La verdad es que dejar el mundo siempre es triste, vivir sólo también, pero quizás es mas triste estar en una residencia aunque estes más seguro, la independencia claro puede tener sus riesgos pero mucha gente mayor (o no tanto) prefiere vivir libre (y mover el culo a su gusto como Baloo, jeje)

saludos bailones

10 de noviembre de 2008, 13:14  
Anonymous Rita said...

Molt millor doncs... :-)

10 de noviembre de 2008, 16:05  
Anonymous MK said...

...Recoi Paseante ...pos estic jo fina per anar imaginat-me un dilluns al capvespre conduint camí de la terra de boira amb totes aquestes cabories al cap...Que quan m´hi poso a toveta no em guanyes ...ep!!.
Al cap i a la fí té n´adones que vivim exposats a estar sols o a sentir-nos sols - com molt bé diferència la Rita -moltes vegades en aquesta vida.
I a més amb tot això de la globalització ves a saber que farem tots plegats de vellets , o qué faran de nosaltres.Has vist una pel-lícula que es diu "Soylent Green" o "Cuando el destino nos alcance"?. I pensa que els models de familia canvien i la gent es troba ,s´acompaya , es recull i s´agermana de maneres cada vegada més diferents.
I arreglat el mòbil home de deu , com vols que el personal et truqui per anar a fer una cervesa i de pas recol-locar la tirita si cal?.
Apa aixecat ara mateix del ordinador i comença ...Buscaaaloo ...
lo más vital no más .
Lo que has de nesesssitar
no maaaás ..
y olvidate de la preocupacioooonnn...

10 de noviembre de 2008, 17:03  
Anonymous Emily said...

Ai, carai! Ves per on tots tenim por d'acabar sols. Faig una proposta, crear la Residència per avis del Harem F.C. M'imagino l'Aleta, tan guapeta ella cantant-nos àries. Jo fent colxetes de patchwork, si encara les mans i la vista m'aguanten. L'Atikus recomanant pel.lícules i li diriem: ya las hemos visto, Atikus, tenemos una edad. La Rita a l'ordinador, fent que fent posts...i amb els seus somnis pujadets de tó... Khalina ens vindrà a veure i farà un duet amb l'Aleta i amb sort ens durà bombonets...A l'MK li hauré d'ensenyar a cosir, o ens posarà el cap com un "bombo" amb la seva xerrameca...I la Gemma? ens farà d'infermera? Les altres comentaristes que diguin que faran a la resi...
I tu, Paseante? segur que t'escaparàs amb les sabatilles de quadrets camí del Turó Parc :-)

10 de noviembre de 2008, 19:38  
Anonymous Violette said...

Emily, jo -com no- faré confitures de taronges amargues robades als arbres dels horts veïns i pa per torrar a la vora del foc. Què et sembla? Tu cosint i jo cuinant ens explicarem batalletes passades... i també a qui ens vulgui escoltar.

Paseante, és un gust llegir-te, un gust saber què fas, un gust saber que estàs bé. Un gust, sempre.

11 de noviembre de 2008, 22:33  
Anonymous Joana said...

Bufff...Quina mala estona...Paseante. Encara tens sort de tenir-los tots dos...Estan acompanyats. La meva mare viu lluny i sola... Ara si no contesta al telèfon aviso a la veïna perquè li doni una ullada !
Primer els pares pateixen pels fills i després és a l'inravés...
I quina sort comptar amb el "sargento" ;)
Bona nit Paseante!

12 de noviembre de 2008, 22:43  
Anonymous el paseante said...

Matilde, tu padre parece un hombre de carácter. Espero que lo de las cinco cocinas no suceda nunca.

Atikus, mis padres no son tan mayores como para pensar en residencias. Están fuertes físicamente i lúcidos mentalmente. Saludos bailones.

Gràcies Rita.

MK, vés a saber com serà la nostra vellesa, què serà de nosaltres. Suposo que la societat serà encara més competitiva i farem nosa. Proposo que es destini una illa, per exemple Menorca, només per als iaios. No conec aquestes pel.lícules que dius. Ja saps que si em treus de "Impacto total" o "Desaparecido en combate" vaig peix. Estàs mona fent de Baloo :-)

Emily, quin comentari més xulo. És com un post. El podries penjar a casa teva i la gent et diria com s'imagina de gran. Va anima't.

Violette, moltes gràcies. Dic el mateix de tu. I quins records el pa torrat al foc.

Joana, és una llàstima que els pares visquin lluny. Espero que la teva mare estigui bé molts anys més. Recordo aquell post que vas escriure, crec que l'any passat, del teu pare.

12 de noviembre de 2008, 23:49  

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