Saab 93 Cabrio
Hay un anuncio que me hace olvidar la tortilla de patatas en el fogón y correr al sofá. Es de un coche de la marca Saab llamado 93 Cabrio. Los automóviles me dejan indiferente. Mejor dicho: no me gustan, y en los viajes por carretera siempre voy agarrado a la manilla superior, como un anciano. Pero sus spots suelen ser brillantes. En ese revolotea una mariposa atrapada tras un cristal, salta desesperada una orca varada en el mar finito de una piscina. Luego surge en pantalla el vehículo sueco liberado en una carretera. El análisis semiótico queda claro: si no tienes un Saab 93 Cabrio jamás serás libre. La canción del spot me tiene secuestrado y sólo Ilse podría decirme de quién es. Aunque, ahora que asiste a conciertos con un tal Jesús Mariñas, le va a faltar tiempo para hacerme ese favor.
Recuerdo cuando era estudiante y llevaba viejos VHS a su residencia de estudiantes para analizar publicidad televisiva con un mallorquín. En teoría hablábamos la misma lengua, pero nos cansábamos de no entendernos y pasábamos al castellano. Era un tipo tranquilo y detallista llamado Francesc Fresno, que siempre me preguntaba por el equipo de fútbol de la tierra de la niebla, aunque estuviera en regional preferente. Mirábamos anuncios y anotábamos en la libreta su carga sexista o racista o política en esas mañanas templadas. Descifrábamos los mensajes como monjes en un monasterio, mientras recibíamos el sol tras los ventanales.
Cursé tres años de publicidad, sin que fuera necesario para aprobar la carrera de periodismo. Simplemente me gustaban sus materias, y las estudiaba a ratos perdidos en ese claustro con el isleño. Todavía despiertan mi interés los anuncios en televisión, radio o prensa. Los analizo para saber cómo han llegado a la conclusión de emitir esa historia para transmitir un mensaje que convide a la compra. A menudo, me gusta imaginarme como un publicista. Tras una imagen potente, recogida en el día a día, busco cimientos y tabiques para levantar un mensaje consumista.
Recientemente vi en el paseo de Gracia a un japonés (les distingo perfectamente del resto de asiáticos por sus rasgos más afilados, pero también por su estética copiada de un cómic) comiendo caracoles con su flequillo inconfundible de la generación Hentai. Su modernidad oriental se mezclaba con nuestras tradiciones occidentales mientras lamía la cáscara del gasterópodo y su pareja le sacaba fotos. ¿Para qué anuncio podría servir esa escena?
Recientemente vi a una pareja de enamorados, que salían de la ceremonia de boda agarrados del brazo para siempre o temporalmente, según dicte su destino. Vestían en un blanco y negro antiguo. Frente a la iglesia, se detuvieron para contemplar el accidente de una moto conducida por un personaje que habría podido aparecer en Yo soy la Juani contra un coche de segunda mano manejado por un árabe. La larga cola del traje de la esposa estaba a punto de entrar en contacto con el aceite del asfalto, cuando alguien la retiró. ¿Para qué anuncio podría servir esa escena?
Recientemente salí a pasear por la tierra de la niebla, y encontré un campo sin cultivar en el que vi asomar las orejas de tres conejos silvestres entre la mala hierba. Ellos también me miraron un instante, antes de escapar corriendo hasta el hogar que habian okupado bajo los troncos de unos manzanos arrancados de la tierra, que permanecían aparcados en medio de la finca. ¿Para qué anuncio podría servir esa escena?
Le he contado la novedad a mi sobrino por teléfono:
-Saps on anem a plegar caragols?
-Sí.
-He vist que hi ha conills, amb unes orelles molt grans.
-Oooh! Quan hi anirem?
-Aviat, no farem soroll per no destorbar-los. Ens treurem les sabates i caminarem de puntetes.
-D'acord tio. I els podrem agafar?
El pequeño Hayden va a ser un tipo imaginativo. Intento acariciar su sensibilidad con historias sorprendentes, y creo que lo consigo porque siempre me busca para salir de aventuras por la vida.
Es agradable imaginar anuncios a partir de una imagen. Thaís me hizo sonreír el otro día con una de ellas. Me contó que de pequeña, cuando tenía ocho años, soñaba con ser azafata de vuelo "hasta que mi diente se cayó, y me puse a llorar porque nadie iba a querer a una azafata sin diente".
Da para un anuncio tierno. ¿De qué podría ser?
Recuerdo cuando era estudiante y llevaba viejos VHS a su residencia de estudiantes para analizar publicidad televisiva con un mallorquín. En teoría hablábamos la misma lengua, pero nos cansábamos de no entendernos y pasábamos al castellano. Era un tipo tranquilo y detallista llamado Francesc Fresno, que siempre me preguntaba por el equipo de fútbol de la tierra de la niebla, aunque estuviera en regional preferente. Mirábamos anuncios y anotábamos en la libreta su carga sexista o racista o política en esas mañanas templadas. Descifrábamos los mensajes como monjes en un monasterio, mientras recibíamos el sol tras los ventanales.
Cursé tres años de publicidad, sin que fuera necesario para aprobar la carrera de periodismo. Simplemente me gustaban sus materias, y las estudiaba a ratos perdidos en ese claustro con el isleño. Todavía despiertan mi interés los anuncios en televisión, radio o prensa. Los analizo para saber cómo han llegado a la conclusión de emitir esa historia para transmitir un mensaje que convide a la compra. A menudo, me gusta imaginarme como un publicista. Tras una imagen potente, recogida en el día a día, busco cimientos y tabiques para levantar un mensaje consumista.
Recientemente vi en el paseo de Gracia a un japonés (les distingo perfectamente del resto de asiáticos por sus rasgos más afilados, pero también por su estética copiada de un cómic) comiendo caracoles con su flequillo inconfundible de la generación Hentai. Su modernidad oriental se mezclaba con nuestras tradiciones occidentales mientras lamía la cáscara del gasterópodo y su pareja le sacaba fotos. ¿Para qué anuncio podría servir esa escena?
Recientemente vi a una pareja de enamorados, que salían de la ceremonia de boda agarrados del brazo para siempre o temporalmente, según dicte su destino. Vestían en un blanco y negro antiguo. Frente a la iglesia, se detuvieron para contemplar el accidente de una moto conducida por un personaje que habría podido aparecer en Yo soy la Juani contra un coche de segunda mano manejado por un árabe. La larga cola del traje de la esposa estaba a punto de entrar en contacto con el aceite del asfalto, cuando alguien la retiró. ¿Para qué anuncio podría servir esa escena?
Recientemente salí a pasear por la tierra de la niebla, y encontré un campo sin cultivar en el que vi asomar las orejas de tres conejos silvestres entre la mala hierba. Ellos también me miraron un instante, antes de escapar corriendo hasta el hogar que habian okupado bajo los troncos de unos manzanos arrancados de la tierra, que permanecían aparcados en medio de la finca. ¿Para qué anuncio podría servir esa escena?
Le he contado la novedad a mi sobrino por teléfono:
-Saps on anem a plegar caragols?
-Sí.
-He vist que hi ha conills, amb unes orelles molt grans.
-Oooh! Quan hi anirem?
-Aviat, no farem soroll per no destorbar-los. Ens treurem les sabates i caminarem de puntetes.
-D'acord tio. I els podrem agafar?
El pequeño Hayden va a ser un tipo imaginativo. Intento acariciar su sensibilidad con historias sorprendentes, y creo que lo consigo porque siempre me busca para salir de aventuras por la vida.
Es agradable imaginar anuncios a partir de una imagen. Thaís me hizo sonreír el otro día con una de ellas. Me contó que de pequeña, cuando tenía ocho años, soñaba con ser azafata de vuelo "hasta que mi diente se cayó, y me puse a llorar porque nadie iba a querer a una azafata sin diente".
Da para un anuncio tierno. ¿De qué podría ser?
11 Comments:
soundtrack for the latest saab commercial:
'release me' de laura sweden.
de nadaaaaaaaaaaaaaaaaa :p
¿Tú te llamas Ilse?
uiiiiii
:p
Esto parece un gallinero :-)
Gracias Be. No te enfades Ilse, que lo ha hecho de buen corazón.
Paseante, quan fas la truita, ho deixes tot brut com diu la princesita per la ràdio?, bé diu dels homes en general...
jajaja ;}
Una vez he llevado un susto con un anuncio de bcn ¬¬ creo que era del ayuntamiendo, decia para no ensuciar las playas y el tio del anuncio habia sucio y la arena lo chupó rapidamente o.0 y yo claro di un salto en el sofa! :P
INOVIDABLE xD
Besos
claro que de buen corazón, sólo tengo de ese :p
Podria ser un anunci de pasta dentifrícia...per nens petits..." Si no et rentes les dents , et cauran..."...
A mi m'agraden més el anuncis que la resta de programació que fan a la tele ;)
Bon cap de setmana, Paseante!
bueno vamos a ver para el caso de los japos yo propongo un anuncio de la BP JEJE...Succionando por todo el mundo!!, para los de la boda le pega uno de seguros ya se sabe lo que se une también es frágil. para los conejitos (usando la imaginación) le acoplo un anuncio de una cadena de cine de terror, por ejemplo, calle 13, y para la chica del diente una clínica de estética, ...bueno igual me he columpiado mucho, pero en la publicidad les encanta columpiarse!!
Jaja, no Emily. No ho deixo tot brut, perquè no hi ha ningú per netejar.
Conozco el anuncio Thaís. Pero eso era un montaje. En realidad, la arena no se comió a ese actor. Nos engañan en la tele :-)
Otras cosas no sé, pero ese corazón tuyo suena con estereofonía Be.
Podria ser d'això Joana. La veritat és que molts anuncis enganxen. Bona setmana per a tu.
Vas bien de imaginación Atikus. Te columpias un poco, pero quién no lo hace?
Yo tampoco me llamo ilse y además vengo tarde, pero igual te gusta tener la canción:
http://www.youtube.com/watch?v=NjQXMZe2ouk
lo bueno de la red es que hay tantas cosas gratis!
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