La gran ilusión
En el primer pasillo tuve los reflejos suficientes para tumbarme en el suelo ante el fuego cruzado entre las figuritas de Marvel, las de Narnia y los Power Rangers; hasta que el sonido acercándose de una hélice me hizo elevar mi brazo derecho para agarrarme al hidroavión de Tarzán y escapar del apuro.
Me lancé en paracaídas cuando escuché música en un corredor apartado. Campanilla y sus dos hadas acompañantes, tres enanitos músicos y Ariel con su carroza danzaban en círculo sin mostrar ninguna actitud agresiva hacia mí. Me quedé un rato para reponerme del susto. Después penetré en la sección de cocinitas y talleres mecánicos en miniatura, en el aparcamiento de las trimotos Sirenita, Speeder o Tribike Custom de escasa cilindrada, en el apartado de juegos educativos...
Tras tres días extraviado en el almacén de los Reyes Magos, y sin capacidad para decidirme, llamé a la señora Hayden. Se encontraban en un tumulto de críos y progenitores en el Maremagnum, haciendo cola para entregar la carta a sus Majestades. Le comenté mis dudas y me pasó con el pequeño para que lo aclarara directamente con él. "Vigila que no noti que els Reis som nosaltres".
(Traduzco del catalán.)
-Hola tío.
-Hola petardo. ¿Dónde estás?
-En el barco de los Magos.
-¿Te vas de viaje con ellos?
-Nooooo.
-Entonces ¿qué haces allí?
(Le preguntó a la señora Hayden en voz baja qué hacían allí. Se lo susurró al oído.)
-Les traigo la carta.
-¿Y qué has escrito en ella?
-Ooohhh. Les pido Jordi el curiós, y, y, y... (se emocionó) unos patines, y unos animales de la selva, y... no me acuerdo de más cosas tío.
-¿Jordi el curiós es un muñeco?
-Noooo, es una película tonto.
(Se puso a reír con ganas ante mi desconocimiento.)
Su madre le quitó el teléfono y me aclaró que se trata de un film que se perdieron en el cine porque estaban de viaje. Desde entonces no para de reclamarla; tiene madera de cinéfilo. Me propuso que la comprara -hablando bajito para seguir con el juego de que los familiares no somos mágicos- pero en catalán, porque el pequeño es monolingüe y no es capaz de seguir en castellano los diálogos bergmanianos de Jordi el curiós.
La busqué por todas partes y sólo estaba editada con el título de Jorge el curioso, en español e inglés. Agotado físicamente, con las suelas de los zapatos casi sin dibujo, entré por última vez en la sección infantil de una gran superficie y me decidí por el doble pack de Ice age. La primera entrega está en castellano y la segunda en catalán. Quise adquirir sólo la película que va a entender, pero por unos pocos euros más tenía el paquete completo. Quizá le ayude a aprender un nuevo idioma, por si quiere viajar a Huesca de mayor.
Esta noche he guardado el disfraz de Melchor en una caja con bolas de alcanfor para que se conserve de cara a la próxima temporada, con todos los regalos perfectamente envueltos sobre la mesa. No quiero dejarlos olvidados mañana en mi viaje a la tierra de la niebla. Al repasarlos, he recordado aquella carta que escribí de niño donde pedía el zoo repleto de animales que vi anunciado en la revista Teleprograma (quizás todavía se edita). Los Reyes Magos se confundieron de domicilio y me trajeron un libro espeso: El lazarillo de Tormes. Pasé muchos meses mirando cada mañana, antes de ir a la escuela, tras la puerta de entrada a la granja de los caballos, seguro de que tarde o temprano se darían cuenta del error al repasar sus bases de datos y podría -por fin- jugar con mi parque zoológico. Entretanto, leí la novela de aventuras.
Me lancé en paracaídas cuando escuché música en un corredor apartado. Campanilla y sus dos hadas acompañantes, tres enanitos músicos y Ariel con su carroza danzaban en círculo sin mostrar ninguna actitud agresiva hacia mí. Me quedé un rato para reponerme del susto. Después penetré en la sección de cocinitas y talleres mecánicos en miniatura, en el aparcamiento de las trimotos Sirenita, Speeder o Tribike Custom de escasa cilindrada, en el apartado de juegos educativos...
Tras tres días extraviado en el almacén de los Reyes Magos, y sin capacidad para decidirme, llamé a la señora Hayden. Se encontraban en un tumulto de críos y progenitores en el Maremagnum, haciendo cola para entregar la carta a sus Majestades. Le comenté mis dudas y me pasó con el pequeño para que lo aclarara directamente con él. "Vigila que no noti que els Reis som nosaltres".
(Traduzco del catalán.)
-Hola tío.
-Hola petardo. ¿Dónde estás?
-En el barco de los Magos.
-¿Te vas de viaje con ellos?
-Nooooo.
-Entonces ¿qué haces allí?
(Le preguntó a la señora Hayden en voz baja qué hacían allí. Se lo susurró al oído.)
-Les traigo la carta.
-¿Y qué has escrito en ella?
-Ooohhh. Les pido Jordi el curiós, y, y, y... (se emocionó) unos patines, y unos animales de la selva, y... no me acuerdo de más cosas tío.
-¿Jordi el curiós es un muñeco?
-Noooo, es una película tonto.
(Se puso a reír con ganas ante mi desconocimiento.)
Su madre le quitó el teléfono y me aclaró que se trata de un film que se perdieron en el cine porque estaban de viaje. Desde entonces no para de reclamarla; tiene madera de cinéfilo. Me propuso que la comprara -hablando bajito para seguir con el juego de que los familiares no somos mágicos- pero en catalán, porque el pequeño es monolingüe y no es capaz de seguir en castellano los diálogos bergmanianos de Jordi el curiós.
La busqué por todas partes y sólo estaba editada con el título de Jorge el curioso, en español e inglés. Agotado físicamente, con las suelas de los zapatos casi sin dibujo, entré por última vez en la sección infantil de una gran superficie y me decidí por el doble pack de Ice age. La primera entrega está en castellano y la segunda en catalán. Quise adquirir sólo la película que va a entender, pero por unos pocos euros más tenía el paquete completo. Quizá le ayude a aprender un nuevo idioma, por si quiere viajar a Huesca de mayor.
Esta noche he guardado el disfraz de Melchor en una caja con bolas de alcanfor para que se conserve de cara a la próxima temporada, con todos los regalos perfectamente envueltos sobre la mesa. No quiero dejarlos olvidados mañana en mi viaje a la tierra de la niebla. Al repasarlos, he recordado aquella carta que escribí de niño donde pedía el zoo repleto de animales que vi anunciado en la revista Teleprograma (quizás todavía se edita). Los Reyes Magos se confundieron de domicilio y me trajeron un libro espeso: El lazarillo de Tormes. Pasé muchos meses mirando cada mañana, antes de ir a la escuela, tras la puerta de entrada a la granja de los caballos, seguro de que tarde o temprano se darían cuenta del error al repasar sus bases de datos y podría -por fin- jugar con mi parque zoológico. Entretanto, leí la novela de aventuras.
8 Comments:
Ais, és estresant fer compres. Busqueu el Pokemon misterioso ejército Rojo per la game boy advanced? El joc Alla tu! ? Busqueu, busqueu, que ni Corte Ingles, ni Toys are us, ni Fnac, ni totes les tendes de Glòries ni.... Sort que per l'Empordà algú ho ha trobat.
Paseante, espero que aquest cop els Reis no s'equivoquin en llegir la teva carta. A veure què et porten. Ens ho explicaràs oi?
Ets una bona mami buscant aquestes coses estranyes. Jo també sóc bon tiet, eh?
Fa anys que no envio la carta als Reis. Només demanaria carbó perquè el meu ordinador funciona amb aquesta matèria. I consumeix molt.
Jo per fi des de fa un parell d'anys arribo a la nit de Reis sense haver passat per la tortura de les compres. Els nens que m'envolten ja s'estan fent grans i les meves nenes ja són noies...
Recordo que fa uns tres anys un familiar que no viu a la city ens va regalar el DVD i el vaig muntar, i elles en arribar a casa no se'n van adonar. Pel matí van trobar embolicada la caixa del DVD, però buida, igual que s'havien trobat l'any anterior les caixes buides de la impressora i la webcam (havia instal·lat ja els aparells per evitar haver de fer-ho amb presses quan el mateix dia de Reis al vespre, en arribar a casa després de la gincama de recollida de regals, elles volguessin estrenar la cam i la impressora).
La petita, quan va tornar a escola, a la redacció que van fer sobre els regals dels Reis, va escriure: "A casa meva els Reis ens porten caixes buides embolicades". La malparida no va explicar que el contingut de les caixes també havia estat regalat!
També aquest serà el segon any que deixo de fer el gest anual d'escampar monedes de xocolata des dels seus llits fins a l'escampall de regals situats entre les seves sabates. No hi haurà la botelleta de cava de xocolata, ni sabatilles de patge de xocolata amagades a les seves sabates, ni paquetets molt ben embolicats amb calcetes i mitjons (que sempre fan falta i contribuïen al gruix de paquets).
Ara no porten calces, només tangues. I la xocolata no se la menjarien... i això és un perill perquè me la menjaria jo...
I la nit màgica, la més feliç per mi des que tinc memòria i fins fa tres anys... ja no té aquella màgia.
I no segueixo, perquè avui estic "rollera" i el que estic fent més que un comentari és un post a la teva pàgina!!!! ;)
Per si de cas... jo de tu aniria a dormir d'hora demà... perquè mai se sap què pot passar...
A veure si em porten caixes buides a mi també Gemma. Pobres filles...
Estic segura que els reis seran generosos amb tots els que heu estat bon minyons.
He tornat de Nova York per a viure aquí els Reis. Cada any vaig a veure la cavalcada, no me la perdria per res del món!
Han passat per casa teva els reis, avui? M'ha semblat sentir-los baixant el torrent...
Alatrencada, no has perdut mai aquella il.lusió de quan eres petita oi? Gràcies per tornar, encara que ara deus enyorar NY.
Violette, els meus Reis passen per la granja dels cavalls. Els del torrent ni em coneixen (o ho fan veure).
Publicar un comentario
<< Home